Return of the Obra Dinn

Lucas Pope nació en los Estados Unidos, trabajó en Naughty Dog (Uncharted 2: El reino de los ladrones) hasta 2008 y renunció porque se aburría. Ahora reside en la isla que los humanos llaman Japón, y desde allí desarrolla juegos que se salen de lo usual.

Como inmigrante debía sufrir una montaña de trámites burocráticos, triste asunto que lo llevó a crear su primer éxito como desarrollador independiente, Papers, Please (2013), ganador un año más tarde del premio BAFTA de videojuegos en la categoría «mejor simulación».

Con Return of the Obra Dinn (3909, 2018) este flacucho barbudo se consagra como uno de los más ocurrentes del mundo ordinario.

El Obra Dinn es un barco construido en 1796, y perdido misteriosamente en 1803. Y un día vuelve al muelle, cargado con 60 difuntos. El objetivo es investigar lo que le pasó a cada uno, única manera de reconstruir todo el cuadro de situación, que es bastante grave.

En este juego demencial, hacemos de investigador de una compañía de seguros y nos trepamos a bordo para identificar los cuerpos (clientes) y deducir la historia de la tragedia (habrá que pagar las pólizas sólo si no hay más remedio).

Tres son las características únicas de este título:

• Es un puzzle 3D en primera persona, con gráficos que recuerdan los primeros juegos de Macintosh, como se puede ver en el trailer.
• El investigador tiene un reloj mágico, o cachivache por el estilo, que le permite «ver» los momentos previos a la muerte de cada tripulante. De esta forma se puede atar cabos y deducir quién mató a quién, y por qué (entre otras cosas).
• No tiene ayudas ni flechas, ni esas cosas que aman los humanos débiles. El juego confía enteramente en la inteligencia del jugador.

En conclusión

Si gustan de las aventuras de misterio, la gráfica retro (muy buena), gran música humana de la época y trabajar duro para resolver enigmas y asesinatos, Return of the Obra Dinn es el juego. Nos solidarizamos con los 60 miserables humanos que dieron su vida para esta aventura.